El estrés en los equipos de actuación ante catástrofes (I)

En este y en próximos artículos vamos a presentar cómo afecta el estrés en los equipos de actuación ante catástrofes

  • Definiremos el estrés contextualizado a la actuación en catástrofes
  • Hablaremos de sus factores positivos que nos activan y nos ponen en alerta
  • Clasificaremos los tipos de estrés
  • Enumeraremos los estresantes típicos en catástrofes y las reacciones negativas derivadas de un sobre-estrés.
  • Y listaremos como minimizar los efectos derivados del estrés
    • Qué hacer ante los primeros síntomas
    • Cuando pedir ayuda
    • Como hacer una prevención primaria en los equipos de actuación ante catástrofes
  • Y finalizaremos con una estructura formativa de contenidos mínimos necesarios.

Los intervinientes en catástrofes están expuestos de manera más frecuente que otros a situaciones anormales y cargadas de alta intensidad.

Observamos o padecemos pérdidas humanas y materiales, nos vemos expuestos/as a expresiones de dolor, sobrellevamos sentimientos de impotencia, sufrimiento, desesperanza. Podemos estar expuestos en una semana a más situaciones de estrés agudo de las que vive una persona, en toda su existencia. Es por ello que requieren, a nivel psicológico, de especial atención y cuidado.

Tenemos una alta vulnerabilidad a factores de estrés y a sus consecuencias. Podemos padecer daños físicos y psíquicos en el desarrollo de nuestra labor que interfieran en nuestra tarea y la de los compañeros. Además de afectar nuestro entorno social y familiar una vez terminada nuestra intervención.

Una situación de emergencia y/o amenaza es un evento extraordinario y  extremo cuya ocurrencia es peligrosa para las personas o el medio en el que viven.

El estrés es una respuesta del cuerpo para sobrevivir ante la amenaza, manteniéndonos activos para poder volver a la normalidad lo antes posible. Para ello el organismo se prepara para responder ante las exigencias de la situación. Es por ello que todos tenemos temporadas de estrés cuando las demandas exteriores son mayores  a las que estamos acostumbrados.

Seguiremos en la próxima entrada

José María Villar

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